viernes, 16 de noviembre de 2007

todos los hombres, el árbol



Estoy sentado en frente de un árbol que parece como si también fuera yo. Como una continuidad de mi, desde la nada que está adentro mio. En el parque no hay nadie, tal vez ya no haya nadie en toda la ciudad. Yo no se por que los demás chicos no vienen a jugar cuando llueve, a mi me encanta correr debajo de la lluvia. En realidad no importan demasiado los otros, pero sería lindo que también pudieran disfrutar de lo bello.

Lo que importa es ese árbol, que me mira y me huele. Creo que hasta me tiene lástima. Me ve acá sentado, sólo, debajo de la lluvia, sólo… Debo darle lástima, seguro. Quizás hasta asco. Debería decirle que él también me inspira lástima, no importa que no me entienda. Aunque en realidad, tal vez sí me entienda. Tal vez los árboles nos entienden mejor a los humanos que nosotros mismos. Son muy raros los humanos, yo no se que pensar de ellos. Mejor no le digo nada al árbol, a ver si todavía lo lastimo. Porque la lástima no es linda, a mi no me gusta que me tengan lástima. A veces Mariana me dice que doy lástima y a mi me dan ganas de llorar, o de irme al parque a mirar árboles. Porque los árboles son como yo, en esta tarde linda, en este parque vacío. Pobre árbol, está ahí debajo de la lluvia. Seguro tiene ganas de salir corriendo, de irse a otro lado, o no se, a ningún lado. Ojalá no tuviera esas raíces que lo atan al mundo. Todo embarrado encima, pobrecito.

Cuando llegue a casa voy a preguntarle a Mariana, a ver qué piensa de los árboles. Seguro me dice que me calle, que deje de hablar estupideces. No me importa, en el fondo ella es buena y me quiere. Aunque me haga tomar esas pastillas que me ponen malo, y me ate a la cama. Dice que es por mi bien, pero a mi no me gusta. Después me quedan todas las manos lastimadas. Los pies también, porque ella me ata las manos y los pies. Es mala conmigo la tía Mariana, es mala. Es re feo estar así. Igual que vos, con esas raíces como tumbas, embarradas, y con esas ramas peladas incrustadas en el cielo gris. ¿Vos me escuchás no? ¿Querés estar solo? Bueno entonces me voy. Le voy a preguntar a Mariana donde tenés los oídos. Chau árbol, chau.


4 comentarios:

d dijo...

somos árboles tratando de deshacernos de nuestras raíces.

es que es tan inutil todo..

Anónimo dijo...

siempre pensé -de este blog- que las palabras que salen del cuerpo de su dueño, son muchos mas lindas que las copiadas de otros autores...

.. porque cuando lo leo, hay una forma de escribir muy especial... una carga emotiva muy alta... en cada oración.. y en cada párrafo...

... y la sensación que me queda al terminar esas líneas no es igual a la que experimiento cuando leo a Sartre o a quien sea que se transcriba...

bueno... eso era lo que queria decir(te)...

p.d.: esta vez, la foto fue acorde.... nada q decir !

d dijo...

las palabras no salen del cuerpo, salen del alma. y el alma no existe. asi que no se qué son las palabras..

gracias por los gritos.

B. dijo...

te acordés de la noche que te conté la historia del hombre árbol que te inspiró para este relato? :)