miércoles, 31 de agosto de 2011

Psicólogo de objetos

Tengo este amigo, Andrés. Es psicólogo (puede que sea psiquiatra, no recuerdo si es un sanatero que puede medicar, o si simplemente es un sanatero). El caso es que desde que se recibió de psicólogo (o de psiquiatra, ya dije que no recuerdo) atendió una buena cantidad de personas, (también atendió algunas viejas) hasta que hace un tiempo se cansó de los problemas de la subjetividad humana, y decidió colgar en su puerta un cartelito que dice "terapia objetual". Ya no atiendo sujetos, me explicó, ahora atiendo objetos. Objetos! Psicólogo de objetos! Ok, dije, esto confirma mi teoría de que los psicólogos están más locos que sus pacientes. Que te vaya bien, Andy. Y me fui a mi depto, que está un piso debajo de su consultorio. Cuando bajaba me crucé con un teléfono viejo (de esos con la rosquita para discar). El teléfono me preguntó por Andrés Rosenfeld. El psicólogo de objetos, dijo. Un teléfono, que según me enteré al otro día, sufría de autismo. Desde ese día no paro de ver objetos tales como pozos depresivos, relojes ciclotímicos, preservativos con problemas de autoestima, espejos narcisistas, péndulos bipolares, almanaques con trastornos de ansiedad, despertadores con insomnio, diarios y revistas (especialmente de la corpo mediática) mitómanos, disfraces esquizofrénicos, rascacielos con vértigo severo, consoladores impotentes, jeringas drogadictas, avenidas agorafóbicas y afiches y volantes del PO con serios problemas de delirio.

Pero la gota que colmó el ánfora fue lo que vi hoy... Acabo de compartir el ascensor con un llavero de jaimito con Síndrome de Tourette! Mierda puta carajo conchitumadre!!