domingo, 9 de agosto de 2009

llanura



Buenos Aires no existe. No es joda, esta ciudad es la nada. Una nada que da sus frutos, que vive y late y crece, pero que es nada al fin. El alma de la pampa. El centro neurálgico de una imposible llanura, de una llanura dilatada que nace y muere en el mismo sitio. Que continúa el océano hasta perderse en los pliegues de una cordillera en la que nadie cree porque nadie ve -pero San Martín la cruzó a caballo. Lo único que se ve es la pampa, con su horizonte perpetuo, poblado de imágenes y fantasmas. La ciudad es una ilusión óptica que engaña el hombre que la crea y le cree. Uno no puede moverse del desierto. Sí puede caminar, pero siempre permanecerá inmovil. Aquí no se avanza, no se retrocede. A cada paso el centro mismo del desierto se mueve con nosotros. Pero tampoco hay arraigo en este permanecer inmóvil, no hay raices ni semillas. La tierra es una farsa. Resultó fértil para el trigo y la soja, pero no para el hombre. La superficie visible es un espejismo bajo del cual solo hay sombras eternas. En México por lo menos subyace un cementerio. Una ciudad construida sobre otra ciudad muerta, asesinada Tenochtitlán. Buenos Aires fue edificada sobre el no-lugar, y espera cada noche para moverse, ignorando que todos los sitios son el mismo. No hay historia en el desierto. No hay posibilidad para el proyecto humano. La geografía normal predispone al hombre a fijar la visión en lo más cercano para luego expandirla hacia lo más lejano. En la pampa lo más cercano es el horizonte, el ensueño. La imagen del futuro. La imagen. Uno levanta la vista y se siente aturdido de tanto espasmo natural. Uno levanta la vista y trata de encontrar algo, lo que sea. No Trapalanda, ya ni siquiera buscamos tesoros. Soñamos tan solo con encontrar un mísero poste de luz donde detener la vista, y proyectarnos. Pero lo único que responde a nuestra mirada es el horizonte, el abismo. El desierto que nunca deja de crecer. Y así el paisaje se desliza lenta pero irremisiblemente hacia la muerte, y con él, nosotros.

2 comentarios:

Mariana dijo...

estoy gritando

diego dijo...

gritar o no gritar, that´s the question.